Se han derramado hectolitros de tinta y saliva en los últimos días por el conflicto en Las Bambas, proyecto donde ha quedado claro que la eliminación del mineroducto, sistema exclusivo de alta capacidad, sin considerar la opción del ferrocarril originó (causa) las condiciones para los conflictos sociales (efectos). 

Cómo se generan causas

En el transporte de minerales -grandes volúmenes/largas distancias- no hay nada que inventar, desde hace décadas la gran minería invierte en sistemas exclusivos de alta capacidad, los camiones se usan en cortas distancias para conexión a riel o puerto.

“Road transport is used by a number of mines located away from rail facilities but, generally, trucks are used only for shorter hauls to the port or rail loading facilities.

The Australian coal industry is conscious of the impact of road transport on local communities and actively seeks to reduce the impact by selecting, where possible, the least inhabited routes and by improving vehicle safety, noise and cleanliness.”

Minerals Council of Australia - https://minerals.org.au/coal/ports-and-transport


La aparición inevitable de efectos

Una sucesión de decisiones equivocas que incluyen la declaración unilateral de un camino en vía nacional –una transferencia de riesgos por 1.500 millones de soles- para el tránsito continuo de la flota de camiones que germinó primero y nutrió después las condiciones para conflictos en los tres primeros años de una vida útil inicial de veinte años. Tras el estallido del conflicto la solución se enfocó en mitigar los efectos sin mirar siquiera las causas.


La experiencia peruana

Algunos dirán que “Australia no es el Perú” que “nuestra realidad es distinta”, pero este negacionismo debe contrastarse con esta tabla comparativa de proyectos en Perú.

El proyecto Antamina resulta ejemplar, pues instaló el primer mineroducto del país para conectar los flujos de su planta concentradora con un puerto en la costa de Huarmey, en ambos casos con inversiones directas. Este proyecto de talla mundial fue ejecutado hace 20 años por peruanos liderados por Augusto Baertl, con un Ministerio de Energía y Minas mucho más solvente y exigente, su estabilidad social hoy desnuda la precariedad e irresponsabilidad privada y pública con estos proyectos.


¿Por qué un mineroducto o tren?

En lo económico, la selección de un sistema exclusivo de alta capacidad otorga continuidad a la explotación durante toda la vida útil, las grandes minas se ubican en corredores mineralizados y buscan extender sus reservas vía exploración geológica o adquisiciones; sin interrupciones se viabiliza la recuperación de la inversión inicial.

En lo social, los sistemas exclusivos son efectivos mitigadores de las causas de conflictos sociales puros o conflictos sociales por accidentes (Choropampa, por ejemplo). Es necesario entender que la combinación de volumen, distancia y extensión en el tiempo generan riesgos incrementales.

Con un sistema compartido de baja capacidad (camino declarado vía nacional) resultaría inevitable que primero combis, luego ticos y al final de la vida útil mototaxis circulen junto a los camiones mineros disparando los riesgos a niveles incontrolables. ¿Quién sería el responsable por estos accidentes?


¿Solucionamos o postergamos el problema?

Este problema está en su punto más crítico, sin un sistema que garantice la seguridad y continuidad logística durante la vida útil del yacimiento, las crisis se repetirán cada dos o tres años.

¿Qué hacer? Con 17 años de vida útil por delante no queda otra que pensar en grande:

a) Comprometerse con la comunidad a relevar el sistema de camiones en un plazo determinado, seguir con el modo carretero es suicida y la mina tarde o temprano terminará enjuiciando al Estado que aceptó que le transfieran un conjunto de riesgos.

b) Iniciar la construcción del mineroducto, solo han perdido 3 de 20 años recuperables ampliando las reservas probadas en los próximos años.

c) Si la caja se debilitó, está la opción de un ramal ferroviario que atienda la demanda creciente del gran corredor minero Apurimac - San Juan de Marcona, habría ya un ramal del subutilizado Ferrocarril del Sur sobre la mesa.

Hay que invertir menos en mitigar los efectos y más en solucionar la causa, demanda suficiente hay y problemas en el horizonte también, pero el peor camino es ser reactivo y esperar que hagan las cosas por ti. En tres años este sistema podría eliminar la causa de la crisis actual, reducir la conflictividad y restituir las condiciones para grandes inversiones en la zona. Esta es la oportunidad.